El piñón es una semilla alojada dentro del fruto –piña– del árbol denominado pino (pinus). Existe un centenar de variedades de pino, sin embargo no llegan a la docena las que producen semillas más o menos comestibles. Este pequeño grupo se reduce aún más cuando se exige que el fruto presente unas condiciones óptimas y equilibradas en cuanto a tamaño, color, textura, aroma y sabor. La especie que mejor cumple estos requisitos es el PINO REAL, conocido científicamente como PINUS PINEA.

Entre 18 y 20 años es el tiempo que requiere el PINUS PINEA para empezar a ser productivo, y continúa siéndolo durante un período máximo de 75 a 100 años. Su fruto, la piña, se desarrolla y madura en el árbol durante tres años. Ésta nace en la parte superior del pino y en los extremos de las ramas más fuertes, haciendo muy laboriosa y difícil su recolección.

Debido a su equilibrada composición y particular aroma y sabor, el PIÑON REAL no admite sustitutos. La proporción de los macrocomponentes del piñón muestra un claro equilibrio entre los componentes básicos (proteínas y minerales) y los energéticos. Es por ello por lo que el piñón se ha venido utilizando en las más refinadas recetas de pastelería, cocina y aperitivos de la saludable dieta mediterránea.